PELÍCULA.
ORGULLO Y PREJUICIO.
En mitad de la campiña inglesa de finales del siglo XVIII, la Sra. Bennet se entera de una gran noticia: un joven rico y soltero acaba de mudarse a Netherfield Park, una mansión vecina. Madre de cinco hijas sin dote, su gran objetivo es que una de ellas se case con él.
El recién llegado Sr. Bingley parece inclinarse por la hermana mayor Jane, una joven de belleza tranquila, durante el primer baile que tiene lugar en la mansión. Por desgracia, su todavía más elegible amigo, el apuesto y orgulloso Sr. Fitzwilliam Darcy, no tiene la menor intención de rebajarse hablando con provincianas y rehúsa bailar con Elizabeth Bennet, sin darse cuenta de que Elizabeth oye su comentario y se siente insultada.
La arrogante hermana del Sr. Bingley invita a Jane a la mansión y la Sra. Bennet urde una treta: manda a su hija a caballo bajo la lluvia para que tenga que pasar la noche allí. El truco funciona ya que la chica cae enferma y Elizabeth debe ir a cuidarla. Al conocerla mejor, Darcy empieza a admirar a la ingeniosa Lizzy, que se divierte aumentando la mala impresión que cree haber causado en el joven.
La llegada de la milicia a la ciudad permite que Elizabeth y el elegante Wickham se conozcan. No tarda en contarle que conoce a Darcy y que éste se portó mal con él. El pomposo Sr. Collins, el primo que heredará la casa familiar cuando muera el Sr. Bennet, llega a hacerles una visita con la intención de casarse con una de las chicas. Cuando la Sra. Bennet le dice que Jane está a punto de prometerse, se decanta por Elizabeth.
El futuro de las dos hermanas depende de otro baile en Netherfield. Lizzy culpa al Sr. Darcy de ser el responsable de la ausencia del Sr. Wickham, mientras sus hermanas no son todo lo recatadas que deberían. Al día siguiente, Bingley y los suyos se van sin explicaciones, rompiendo el corazón de Jane ante la indignación de Elizabeth. Ésta rechaza al Sr. Collins creando una auténtica crisis familiar, pero se queda atónita cuando su amiga Charlotte Lucas acepta casarse con el Sr. Collins.
Algunos meses después, Elizabeth visita a los recién casados y conoce a la benefactora del Sr. Collins, la arrogante lady Catherine de Bourg, que ha invitado a dos jóvenes nobles. Uno de ellos es el Sr. Darcy, que deja asombrada a Elizabeth declarándose con pasión y torpeza. Le rechaza y le acusa de haber destrozado la felicidad de Jane al separarla del Sr. Wickham. Se separan de muy mala manera, pero él le escribe una carta en la que explica varias cosas, sobre todo, la perfidia de Wickham.
De vuelta a casa, Elizabeth intenta intervenir cuando invitan a su joven y alocada hermana Lidia a Brighton donde está destacada la milicia, pero su padre se ríe de sus temores. Lizzy se siente aliviada cuando sus respetables tíos le piden que les acompañe durante un viaje por el distrito Peak. Se empeñan en visitar Pemberley, la magnífica propiedad del Sr. Darcy en Derbyshire, y la joven no sabe dónde meterse cuando se encuentran con el Sr. Darcy, que está encantado de verla.
Parece que ambos consiguen limar las asperezas cuando estalla un auténtico escándalo. Lydia se ha escapado con Wickham. La angustia se torna alivio cuando se casan. Los recién llegados regresan, triunfantes, y Lydia le confía a Lizzy que se han casado gracias al Sr. Darcy. De pronto, cuando quizá ya es demasiado tarde, Elizabeth comprende lo mucho que le ama. El regreso de Bingley acompañado por Darcy abre la puerta a la esperanza de que la pareja pueda ver más allá de su orgullo y sus prejuicios hacia un futuro compartido.
El recién llegado Sr. Bingley parece inclinarse por la hermana mayor Jane, una joven de belleza tranquila, durante el primer baile que tiene lugar en la mansión. Por desgracia, su todavía más elegible amigo, el apuesto y orgulloso Sr. Fitzwilliam Darcy, no tiene la menor intención de rebajarse hablando con provincianas y rehúsa bailar con Elizabeth Bennet, sin darse cuenta de que Elizabeth oye su comentario y se siente insultada.
La arrogante hermana del Sr. Bingley invita a Jane a la mansión y la Sra. Bennet urde una treta: manda a su hija a caballo bajo la lluvia para que tenga que pasar la noche allí. El truco funciona ya que la chica cae enferma y Elizabeth debe ir a cuidarla. Al conocerla mejor, Darcy empieza a admirar a la ingeniosa Lizzy, que se divierte aumentando la mala impresión que cree haber causado en el joven.
La llegada de la milicia a la ciudad permite que Elizabeth y el elegante Wickham se conozcan. No tarda en contarle que conoce a Darcy y que éste se portó mal con él. El pomposo Sr. Collins, el primo que heredará la casa familiar cuando muera el Sr. Bennet, llega a hacerles una visita con la intención de casarse con una de las chicas. Cuando la Sra. Bennet le dice que Jane está a punto de prometerse, se decanta por Elizabeth.
El futuro de las dos hermanas depende de otro baile en Netherfield. Lizzy culpa al Sr. Darcy de ser el responsable de la ausencia del Sr. Wickham, mientras sus hermanas no son todo lo recatadas que deberían. Al día siguiente, Bingley y los suyos se van sin explicaciones, rompiendo el corazón de Jane ante la indignación de Elizabeth. Ésta rechaza al Sr. Collins creando una auténtica crisis familiar, pero se queda atónita cuando su amiga Charlotte Lucas acepta casarse con el Sr. Collins.
Algunos meses después, Elizabeth visita a los recién casados y conoce a la benefactora del Sr. Collins, la arrogante lady Catherine de Bourg, que ha invitado a dos jóvenes nobles. Uno de ellos es el Sr. Darcy, que deja asombrada a Elizabeth declarándose con pasión y torpeza. Le rechaza y le acusa de haber destrozado la felicidad de Jane al separarla del Sr. Wickham. Se separan de muy mala manera, pero él le escribe una carta en la que explica varias cosas, sobre todo, la perfidia de Wickham.
De vuelta a casa, Elizabeth intenta intervenir cuando invitan a su joven y alocada hermana Lidia a Brighton donde está destacada la milicia, pero su padre se ríe de sus temores. Lizzy se siente aliviada cuando sus respetables tíos le piden que les acompañe durante un viaje por el distrito Peak. Se empeñan en visitar Pemberley, la magnífica propiedad del Sr. Darcy en Derbyshire, y la joven no sabe dónde meterse cuando se encuentran con el Sr. Darcy, que está encantado de verla.
Parece que ambos consiguen limar las asperezas cuando estalla un auténtico escándalo. Lydia se ha escapado con Wickham. La angustia se torna alivio cuando se casan. Los recién llegados regresan, triunfantes, y Lydia le confía a Lizzy que se han casado gracias al Sr. Darcy. De pronto, cuando quizá ya es demasiado tarde, Elizabeth comprende lo mucho que le ama. El regreso de Bingley acompañado por Darcy abre la puerta a la esperanza de que la pareja pueda ver más allá de su orgullo y sus prejuicios hacia un futuro compartido.
Les recomiendo ver la película, claro que no es totalmente igual al libro, pero es muy bonita, es más resumida...
XOXO.E
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